Editorial

¿Cuántos muertos faltan para que las autoridades en Santa Marta reaccionen y recuperen la tranquilidad en la ciudad?

La lucha a bala por el territorio entre organizaciones crimínales tiene aterrorizados a los samarios, quienes han sido testigo de siete muertos en solo una semana.

La comunidad ve con temor el hecho de que a diario se están registrando muertes en el casco urbano y rural de la ciudad. La prueba de ello es que momentos en que se redactaba esta nota, dos hombres resultaron gravemente heridos producto de un ataque sicarial en el sector de La Cangrejera de Gaira.

Con base en lo anterior, parece que a la delincuencia no le es problema matar a plena luz del día, y lo constata los sucesos en donde además de haber muertos, no hay ningún tipo de captura.

A la situación se suma la muerte de civiles que no son más que víctimas de los enfrentamientos a bala por parte de las organizaciones criminales que se pelean el territorio.

El caso más reciente fue el que le quitó la vida a Jorge Luis Mercado Manjarrez, vendedor de mamones que en medio de un atentado dirigido a terceros, resultó con una bala incrustada en su humanidad, en hechos ocurridos en el barrio El Pando.

En ese episodio, donde lamentablemente muere el ciudadano, también perdieron la vida de forma instantánea dos sujetos que se movilizaban en un vehículo blindado y de quienes se supo harían parte del denominado ‘Clan del Golfo’, grupo que ha firmado una guerra con ‘Los Pachencas’ por el territorio.

24 horas después, se da captura a cuatro personas en el sector de Puerto Mosquito, dos hombres y dos mujeres que con armas de fuego en su poder y granada de fragmentación, serían cercanos a los dos muertos de El Pando.

Por mal procedimiento en la captura, fueron dejados en libertad, sin embargo, dos de estos se convirtieron en los últimos muertos que ocurrió en la ciudad.

A plena luz del día, sicarios acabaron con la vida del hombre y la mujer al interior de un bus intermunicipal que cubría la ruta Santa Marta – Ciénaga.

Lo insólito del caso es que el asesinato se dio en las narices de testigos que iban abordo del vehículo y que por fortuna no dejó más muertos.

Son estos hechos que en materia de seguridad dejan mal parada a la ciudad en donde dos grupos se están matando a bala entre sí y no hay Estado que haga frente a la situación y evite que terceros resulten siendo víctimas del fuego cruzado.

Los samarios exigen la presencia de las fuerzas militares en la ciudad. Se exige resultados para devolverle a la ciudadanía la tranquilidad que en otrora permitió sacar a la capital del Magdalena la lamentable lista de ciudades más peligrosas del mundo.

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Eduardo Luis Cantillo

Comunicador Social y Periodista - Universidad Sergio Arboleda Director Eventos Santa Marta
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