El 29 de febrero, en Australia, quedó registrado este hecho como uno de los crimines y actos más sanguinarios del país, en donde la demencia de Katherine acabó con la vida de John Price, quien fue apuñalado 37 veces mientras dormía.
Una vez muerto, Katherine lo decapitó y con su cabeza y restos del cuerpo preparó los alimentos del siguiente día a sus hijos, quienes inocentes los consumieron.
Según se comenta, la mujer presentaba síntomas de problemas mentales y signos de violencia, llevándola así, a convertirse en noviembre de 2001, en la primera mujer australiana en recibir cadena perpetua por el atroz crimen, resaltando que, la condena fue dada sin posibilidad de libertad condicional.